Manuel David Valverde Rodríguez (45) tenía un chaleco refractario. Se meció durante la entrevista y mostró papeles, documentos, pruebas que no están en manos de la Justicia argentina, pero que, según su versión, probarían que él no estuvo en Buenos Aires el 19 de septiembre, cuando secuestraron y asesinaron a Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15).
Hay al menos tres personas que lo reconocieron en la escena del crimen. Con guantes, dentro de la casa de Villa Vatteone o regresando de Florencio Varela a Villa Zavaleta. También como una de las personas que «movían» el Volkswagen Fox, la Chevrolet Tracker y el Renault 19 (los tres autos usados para cometer el hecho) de una cochera de la calle Mom al 2200 en Parque Chacabuco.
Valverde Rodríguez es tío paterno de Tony Janzen Valverde Victoriano (20), más conocido como «Pequeño J». Tiene ingresos registrados a Argentina en agosto y varios viajes desde 2011, según publicó el diario La República de Perú.
«Los tíos de ‘Pequeño J’, Manuel Valverde Rodríguez, ‘Chuman’, y Luis Valverde Rodríguez, ‘Serranasho’, aparecen involucrados en delitos de homicidio, extorsión y otros. Según el registro migratorio, “Chuman” y “Serranasho” viajaron y regresaron de Argentina por primera vez entre 07 de diciembre de 2011 y el 25 de enero de 2012», indicó el medio peruano.
Manuel David Valverde Rodríguez (45) durante la entrevista con Telenoche.
Su hijo, Kevin, también fue mencionado en al investigación como «Rulos», el encargado de distribuir droga a revendedores que operaban en al zona de Florencio Varela y quienes «alquilaron» la casa donde asesinaron a las chicas.
En la entrevista realizada este miércoles y en un video que él mismo difundió reconoce haber viajado a Argentina «de visita» entre el 9 y el 29 de agosto. Siempre de acuerdo a su versión de los hechos, fue de «paseo» a Uruguay y no lo dejaron reingresar a Argentina, por lo que voló a Lima desde allí.
La foto de Valverde Rodríguez se difundió, además de en su pedido de captura, cuando quedó registrado en la terminal de Buquebus junto a Pequeño J y otro hombre que no fue identificado.
Las declaraciones en el expediente tienen contradicciones, todos buscan sacarse de la escena del crimen, pero dan detalles de la organización criminal que planificó y ejecutó los asesinatos.
Tony janzen Valverde Victoriano (20), alias «Pequeño J», detenido en Lima, Perú, por el triple crimen de Florencio Varela.
Celeste Magali González Guerrero (28), quien vivía en la casa de Chañar 702, de Villa Vatteone, declara haber visto al tío de «Pequeño J» antes de que llegara la Chevrolet Tracker con las víctimas. Lo recordó usando «guantes» de látex y preguntando por la música, luego de que se apagara y tuvieran que conseguir un nuevo parlante. También lo describió con un «camperón azul de AFA y gorra tipo visera color negra», además de «alto y flaco».
Según su declaración, sospechaba que él podía ser «papá» o «abuelo» en la jerga de las organizaciones ligadas al narcotráfico. Algo así como el encargado de conseguir la droga al por mayor para distribuir.
El empleado del turno noche de la cochera en la que guardaban los autos lo reconoció por haber ingresado en varias oportunidades al estacionamiento de Parque Chacabuco, siempre con David Gustavo Huamaní Morales (36) alias «El Loco David» -también con pedido de captura internacional- pero nunca manejando, siempre como acompañante.
También reconoció a Víctor Sotacuro (41) y a su sobrina Florencia Ibáñez (21) -ambos detenidos- «yendo a buscar el Fox todos los días».
Víctor Sotacuro (41) lo identifica como «El Bola», dice que es de nacionalidad boliviana pero los investigadores sostienen que se refiere a Valverde Rodríguez. Lo ubica como amigo de Alex Roger Ydone Castillo (50), también con pedido de captura internacional.
Víctor Sotacuro (41), otro de los detenidos por el caso.
Sotacuro aparece en dos situaciones: es el dueño del Volkswagen Fox que los investigadores detectaron haciendo auto de apoyo de la Chevrolet Tracker en la que secuestraron a las víctimas y se ubica como remisero.
Dice haber cobrado 600 mil pesos por dos viajes, uno alrededor de las 19 hacia Florencio Varela junto con Ydone y su sobrina Florencia. Para luego regresar a buscar a «El loco David» junto a «Pequeño J» y «El Bola», cerca de la casa donde se cometieron los crímenes, alrededor de las 4 de la madrugada. En su relato, los tres estaban «mojados y embarrados» y él pensó que «se habían peleado».
La investigación
Este viernes alrededor de las 12 está prevista la apertura de los teléfonos celulares secuestrados para extraer material, incluso borrado o guardado en la nube, para intentar reconstruir la planificación del crimen.
Y para la semana que viene se estima que el fiscal Adrián Arribas, de la fiscalía especializada en Homicidios de La Matanza, pida la prisión preventiva de los nueve imputados detenidos.
Según anticipó, podría cambiar la descripción de los hechos y definir el grado de participación de cada uno de ellos, de los tres prófugos y también de al menos otra persona aun no identificada.
La acusación podría ser por privación ilegal de la libertad seguida de homicidio agravado, asociación ilícita y encubrimiento agravado, aunque todavía no ha sido confirmado oficialmente.
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