«Para ser honesta, pensé que iba a morir», declaró una mujer de manera pública acerca de un reciente problema de salud. Ella se llevó el susto de su vida al haber contraído una enfermedad potencialmente mortal durante sus vacaciones, según su relato. La historia recorrió las redes.
A mediados de este año, de acuerdo con información de la agencia de noticias británica South West News Service (SWNS), una joven llamada Alysha vivió una pesadilla mientras se encontraba a miles de kilómetros de distancia de su hogar.
Esta ciudadana inglesa de 27 años reveló, en una entrevista con el mismo medio, que en diciembre de 2024 se tomó un vuelo a Tailandia. Su idea era viajar como mochilera por el Sudeste Asiático en un lapso de varios meses ―más de siete― y así conocer la mayoría de los países de la región.
En esa travesía, tuvo la oportunidad de visitar Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos, Filipinas e Indonesia. Una vez, en junio, ella empezó a sentirse mal cuando faltaba muy poco tiempo para que concluyera su larga travesía.
Así comenzó todo
En aquel entonces, según su explicación, la turista estaba alojada en un hostel de la isla indonesia de Gili Trawangan. Una mañana, después de una noche de fiesta, Alysha se despertó con un notorio malestar físico.
Al principio, ella creyó que tenía resaca por haber bebido de más. Sin embargo, la joven notó que sus síntomas empeoraban con el correr de las horas. Pronto, descubrió que su salud estaba más comprometida de lo que suponía.
Alysha aseguró que comenzó a padecer fiebre, dolores musculares e incluso deliraba por momentos debido a la alta temperatura. Además, no se podía levantar de la cama.
Ella pensó que tenía resaca por una noche de fiesta, pero estaba equivocada. Foto: South West News Service/SWNS.
«Estaba postrada en cama, con mucho dolor en los músculos y los huesos. También deliraba un poco. No podía concentrarme en absoluto. Por lo tanto, entré en pánico», afirmó a SWNS.
En ese instante, su compañero de viaje decidió actuar rápido. «El chico con el que viajaba se dio cuenta de que me sentía bastante mal y lo mío no era resaca. Enseguida, él dio aviso al encargado del hostel», manifestó.
A su vez, la joven aclaró que no había ningún hospital cerca de su alojamiento turístico. «Estaba en una isla muy pequeña. Fue una verdadera mala suerte que me encontrara allí en esa oportunidad», dijo al respecto.
Qué diagnóstico recibió
A pesar de esta situación, desde el hostel consiguieron que un médico la fuera a visitar. Este profesional de la salud revisó a Alysha y la sometió a pruebas, entre ellas un análisis de sangre. Tiempo más tarde, la joven recibió un diagnóstico: tenía fiebre tifoidea, de acuerdo con sus palabras.
«La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa que se transmite a través de alimentos o agua contaminados. Se puede contraer fiebre tifoidea al beber agua sucia o comer alimentos que no hayan sido bien cocinados o lavados con agua limpia. Si no se trata, puede ocasionar problemas graves», anunció el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) de Reino Unido a través de su página web oficial.
Por otro lado, el NHS mencionó que los síntomas pueden incluir: temperatura alta, que puede empeorar lentamente a lo largo de varios días; diarrea; dolor de estómago; dolor de cabeza; tos; escalofríos; dolores y molestias musculares, sensación de cansancio o malestar; no ir al baño con la frecuencia habitual o dificultad para hacerlo (estreñimiento); falta de apetito; y erupciones cutáneas con manchas rosadas claras «generalmente» en la parte superior del cuerpo.
Una imagen de la joven durante su viaje por el Sudeste Asiático. Foto: South West News Service/SWNS.
«Los síntomas de la fiebre tifoidea suelen comenzar dentro de las 3 semanas siguientes a la infección, aunque a veces pueden tardar hasta 6 semanas», destacó la entidad de salud.
Por otra parte, el centro médico académico estadounidense Clínica Mayo (Mayo Clinic) informó sobre los potenciales peligros de la enfermedad.
«La mayoría de las personas con fiebre tifoidea se siente mejor aproximadamente una semana después de empezar el tratamiento con antibióticos para eliminar las bacterias. Sin embargo, si no se recibe un tratamiento, hay una pequeña probabilidad de morir a causa de las complicaciones por la fiebre tifoidea (…) El contacto cercano con una persona que tiene la bacteria salmonela también puede provocar fiebre tifoidea», indicó la Clínica Mayo.
«Las vacunas contra la fiebre tifoidea pueden brindar cierta protección, pero no en todos los casos de la enfermedad causada por otras cepas de salmonela. Las vacunas pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar fiebre tifoidea», agregó la entidad.
Por su parte, el NHS aseguró que tomar ciertos recaudos ―se refiere a desinfectarse las manos con regularidad, beber agua segura y comer alimentos cocidos de manera adecuada, entre otros hábitos― puede reducir el riesgo de contraer la enfermedad.
«Puede ayudarte a evitar contraer o propagar la fiebre tifoidea si viajás a una zona donde existe riesgo de contraerla», advirtió la entidad de salud de Reino Unido.
Cómo terminó el caso de la joven
A raíz de su cuadro clínico, Alysha fue sometida a un tratamiento en una sala médica que incluyó la administración de medicamentos y líquidos por vía intravenosa.
La ciudadana inglesa recibió un tratamiento para la fiebre tifoidea. Foto: South West News Service/SWNS.
La turista debió soportar, además de los síntomas iniciales, diarrea extrema y vómitos. Durante los primeros días, ella no pudo ingerir comida ni beber nada porque su cuerpo rechazaba todo.
«Era como si mi cuerpo no quisiera nada dentro, como si intentara deshacerse de todo. No comí nada durante la mayoría del tiempo que estuve enferma. Incluso el agua, la bebía a sorbos y la vomitaba inmediatamente. Fue una enfermedad muy, muy grave», reconoció.
A su vez, la joven inglesa dijo que creyó que la enfermedad acabaría con su vida: «Para ser honesta, pensé que iba a morir. Estaba tan mal que literalmente pensé: ‘Esto es todo’».
Al cabo de un tiempo, Alysha se realizó un nuevo análisis de fiebre tifoidea. Esta vez, el test dio negativo, pero ella seguía sintiéndose mal.
Como le quedaban pocos días para que se le venciera su visa de visitante en Indonesia, la joven tuvo que abandonar el país y volar a Tailandia.
Alysha visitó varios destinos del Sudeste Asiático. Foto: South West News Service/SWNS.
«Tuve que viajar a Bangkok (NdR: capital de Tailandia). Todavía seguía con síntomas, el vuelo fue horrible», expresó ella, citada por SWNS.
Durante las siguientes semanas, Alysha continuó con algunos síntomas. Afortunadamente, logró sobrevivir y se curó por completo.
Por otro lado, con respecto a su viaje, la joven reconoció a SWNS que no se cuidó lo suficiente.
«Creo que lavarse las manos es muy importante (…) Pasé horas sin acceso a agua segura para lavarme las manos. Y no llevé desinfectante (NdR: como alcohol en gel). Creo que es fundamental lavarse las manos y tener cuidado con lo que se come. Mucha comida callejera no se mantiene en buenas condiciones de higiene. No tuve cuidado al elegir de dónde pedía mi comida. Comía todo lo que tenía buena pinta y olía bien, y eso probablemente no sea lo más inteligente», opinó.
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